viernes, 6 de junio de 2014

Psicología del deporte


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miércoles, 7 de mayo de 2014

viernes, 4 de abril de 2014

martes, 4 de marzo de 2014

lunes, 3 de marzo de 2014

#EliminaelSapoInterior

¿Te perdiste nuestra participación en Aldaba 997? Te dejamos nuevamente el audio para que sepas de qué va el taller intensivo ELIMINA EL SAPO INTERIOR que tendremos este sábado 08 de Marzo en Toluca de Lerdo Edomex., México.

http://www.ivoox.com/elimina-sapo-interior-audios-mp3_rf_2915385_1.html


lunes, 17 de febrero de 2014

miércoles, 12 de febrero de 2014

Alma Gemela, Amor


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lunes, 3 de febrero de 2014

Tolerancia Social


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jueves, 9 de enero de 2014

ATASCONES DECEMBRINOS: ¿Por qué me siento mal cuando como demasiado?

Navidad es una época de festejar, reencontrarse con familiares y amigos, dar y recibir regalos, recapitular lo que hicimos, dejamos de hacer y lo que nos queda pendiente para el siguiente año, y por supuesto, comer. Los romeritos, el pavo, la ensalada de manzana, el bacalao, el cabrito, y muchos platillos más que no queremos dejar de probar. Alimentos que durante el año no se elaboran, ni encontramos fácilmente en restaurantes por ejemplo.

Los griegos en sus grandes celebraciones tenían placeres de todo tipo, en exceso. Con el objetivo de poder disfrutar la comida una y otra vez, se provocaban vómito para seguir comiendo más y más sin sentirse satisfechos. A esta conducta de la supresión del dolor y la angustia, para obtener el mayor placer, se le denominó hedonismo. Epicuro por su lado, consideró que no todas las formas de placer eran meramente sexuales, sino que incluso a través de la comida se podían experimentar estados alterados de la consciencia, casi orgásmicos. Él postulaba que experimentar placer no era malo, sino los medios para obtenerlo.

De acuerdo al workshop titulado Emotional Eating de la doctora holandesa Tatjana Van Strien, la mayoría de las personas, cuando se sienten ansiosas o tristes, experimentan un aumento de la actividad de su eje Hipotálamo-Hipofisario-Adrenal (HPA), que resulta en una mayor liberación de CORTISOL, hormona que les lleva a DISMINUIR SU APETITO y su conducta alimentaria. Sin embargo, algunas personas (los high emotional eaters) no muestran esta baja de la ingesta, por lo contrario con ansiedad o tristeza tienden a comer más. Pero, ¿qué sucede con la gente que experimenta culpa en relación a la comida, su forma de comer, la cantidad o tipo de alimento, y la sensación de saciedad?

En la teoría psicoanalítica se dice que la primera muestra de amor de cualquier ser humano en su vida, es la alimentación del infante por medio del seno materno, donde al mismo tiempo recibe contención, sostén, confirmación, cuidado, cariño y aceptación. Sin embargo, cuando esto no ocurre, ya sea porque la madre no dio pecho al infante o porque la relación bebé-mamá no fue proveedora de las necesidades básicas de afecto, por ello al crecer se tiene un serio conflicto con la alimentación. Sigmund Freud interpretó la anorexia como un binomio madre-hija. La huelga de hambre es el arma de la adolescente para acentuar su independencia, sus decisiones autónomas y la individuación durante el proceso de la adolescencia, donde el objetivo final es demostrar su propia capacidad de gobernar sobre su cuerpo.

Otra tesis importante es la relación de la comida con los estados de ansiedad. Existen grupos de autoayuda para comedores compulsivos, pues este trastorno le ocurre a varias personas y si no se trata puede volverse crónico. ¿Cómo es que asociamos la comida con el bienestar emocional, es decir, con los estados de ansiedad? Recordemos que cuando éramos niños todo se asociaba con alimentos. En los cumpleaños habían alimentos, en las celebraciones de éxitos habían alimentos, en la visita al dentista nos recompensaban con paletas o caramelos, en los intercambios escolares las cajas de chocolates, en las posadas los aguinaldos con dulces y galletas. Fuimos asociando a lo largo de la vida los momentos felices con alimentos. Por eso, cuando tenemos malestar emocional, solemos recurrir a ellos, buscando consuelo y confort.

Además, no pasemos por alto que vivimos en un sociedad mediáticamente gobernada donde los estereotipos de belleza nos exigen una talla como sinónimo de bienestar aspiracional. Imágenes de fotografía comercial publicitaria con alimentos desbordantes de aderezo, nos invitan a consumir en exceso tal como los griegos, y al mismo tiempo, portadas de revista con mujeres y hombres de cuerpo atléticos, nos provocan culpa e incomodidad en el autoconcepto. La comida es placentera y deberíamos aprender a disfrutarla en cantidades moderadas. Recordemos que todo e exceso es malo, comer en exceso nos provoca obesidad, privarnos de alimentos en exceso nos provoca fallas orgánicas crónicas y permanentes, hacer ejercicio en exceso desgasta nuestras articulaciones.

Así que disfrutemos estas fiestas navideñas sin culpa, con moderación y sobre todo, recordando que los alimentos no son el enemigo, nuestros inadecuados hábitos alimentarios probablemente sean los que debamos mejorar.

Colaboración para la revista Nivel Empresarial, Xalapa Veracruz, México (2013)
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